Este tipo de marketing va dirigido a personas conscientes de la necesidad del cuidado del entorno y sus habitantes. Se basa en la creación, venta y distribución de productos de forma sustentable. O sea, busca promocionar artículos que, durante su cadena de valor, no dañe a las personas o al entorno. Para ser sustentable, no importa que tipo de proyecto sea, debe dar buenos resultados en tres sectores: social, ambiental y económico.
Para hacer realmente marketing sustentable, como ya mencionamos, se debe tener en cuenta absolutamente toda la cadena de valor. El proceso debe ser eco-amigable desde la misma creación del producto hasta que este sea desechado por el comprador. También debe ser completamente benigno para quien sea que lo consuma. Este tipo de marketing es innovador, necesario y sigue siendo rentable para aquellas empresas que lo llevan a cabo.
Por eso, una empresa que realmente haga marketing sustentable debe tener, realmente, todo el proceso controlado. Debe saber quién y de qué forma extrae o produce las materias primas que luego utilizará. Del mismo modo, llevar estricto control de toda la producción en sí. La entrega a otros negocios proveídos y la forma en que estos venden tampoco debe dañar el ambiente. Por último, para terminar un marketing sustentable, debe existir una estrategia para el desecho responsable luego de la utilización.
Orientarlo al consumidor
Como en una estrategia comercial de cualquier tipo, el marketing sustentable debe estar centrado sobre todo en el cliente. Cada paso en la estrategia de marketing debe estar vinculado con las opiniones y puntos de vista de este. Las empresas deben hacer que todos sus clientes se sientan realmente valorados.
Darle valor al cliente ayuda a comprometerlo con la empresa. Esto genera mayor volumen de ventas a la corta, pero también a largo plazo. Realizar mejoras de calidad y los servicios alegra a los clientes. Sin embargo, escuchar su opinión y hacerlo sentirse parte del proceso completo lo acerca aún más.
De esta forma, se crea un verdadero intercambio de valor. La empresa le da valor al cliente y el cliente a la empresa. No debe bastar con interacciones cortas con el público. Hay que invitarlo a unirse a la empresa, al menos sentimentalmente.
Por eso se habla de que el marketing sustentable va dedicado en especial a personas ecologistas. Crear productos eco-amigables es bueno para todos, pero el marketing se trata de vender. De ese modo, le das valor a ese tipo de clientes al tiempo que haces un bien social. Les muestras que te importa su forma de pensar y desarrollas productos para que logren potenciar la misma.
Marketing con sentido de misión
Este tipo de promociones van dedicadas a adentrar a los clientes en un objetivo común con la empresa. Normalmente, se trata de buscar una misión socialmente útil hacia la cual enfilar la propaganda. Por supuesto, no se trata solo de hacer propaganda al respecto. Se debe cumplir realmente dicha misión, o en todo caso intentar hacerlo.
Por ejemplo, una de las misiones más recurrentes en las empresas es la del reciclaje. Muchísimas marcas han creado campañas dedicadas a reutilizar y acabar con el desperdicio de materiales en la industria. Por ejemplo, Zara fue una de las marcas en hacer algo al respecto.
En una de sus campañas, Zara pedía que el público llevara a sus tiendas prendas de vestir sin uso. Ya estuvieran rotas o no, no importaba. En caso de ser aún utilizables, se donarían a Organizaciones No Gubernamentales (ONG). Si no, se reutilizaría el material para crear nuevos productos con fines de ayuda social.
Con estas campañas, las empresas hacen interactuar a los clientes, haciéndolos sentirse valiosos para llegar a cumplir su misión. Ganan renombre y valor por parte del público. Además, realizan una acción en beneficio social sin necesidad de realizar demasiados gastos propios.
Precios elevados
Una campaña, por separado, está muy bien y pude incluso rebajar los gastos de producción de cualquier empresa. Pero otra cosa es que una empresa se dedique por completo a hacer productos sustentables. En ese caso, las cosas se complican algo más.
El tener que escoger aparatos, técnicas y subcontratar otras empresas sustentables no es barato. Tampoco lo son todos los controles necesarios para culminar un proceso entero de ese modo. Por eso, seguramente los artículos de estas empresas serán algo más caros.
Sin embargo, los clientes realmente comprometidos estarán dispuestos a pagar un poco más por la seguridad de productos sustentables. Un montón de consumidores apasionados solo compran en empresas contra la maldad animal o con mensajes así.
Impacto de las emociones en las compras
Muchas personas asegurarían que solo se basan en detalles lógicos para decidir una compra. Qué tan bueno es el objeto y qué tan barato, por ejemplo. Sin embargo, varias encuestas y estudios demuestran que no es así. Las empresas pueden apelar a las emociones del consumidor para que compre sus productos.
Por ejemplo, la deforestación es un tema muy recurrente en protestas y discursos ambientalistas. Sabiendo eso, una empresa puede obtener mayores ganancias por utilizar solamente, o en parte de su producción, papel reciclado. Así intervienen las emociones a la hora de hacer compras.
Uso de redes sociales
Una empresa que utilice marketing sustentable, debe, primero, tener interacción en línea con su público. Esta es una buena forma de conocer sus intereses y aspiraciones. Además, las redes se pueden utilizar para educar, informar y hasta debatir sobre métodos sustentables.
Los trending topics o tendencias en redes sociales pueden ser utilizados para estrategias comerciales. Sobre todo, si están directamente vinculados con el mensaje principal de la empresa. Así, millones de personas de todo el mundo pueden unirse a las campañas de una empresa. Esto es perfecto para incrementar los índices de venta.
Educar de forma entretenida
Los debates, encuestas e informaciones por redes sociales pueden llegar a entretener al público. Sin embargo, hay empresas que llegan mucho más lejos en este sentido. Algunas se han dado a la tarea de crear documentales, spots humorísticos o hasta videojuegos con mensajes educativos.